jueves, 26 de mayo de 2011

Temblores



Una condición de todo lo que está o vive en este mundo es temblar. Todo tiembla, tiembla el fuego, el agua, el aire y tiembla la tierra y vaya cómo tiembla cuando tiembla. Temblar es perder el centro de gravedad por segundos, perder el eje y descentrarse. Temblar nos produce un corrimiento de la seguridad a la impotencia. Temblamos de frío y de rabia, de alegría y de susto, temblamos.Nos tiemblan los brazos las piernas y hasta los dientes tiemblan. Tiemblan suavemente las flores, tiemblan y las nacientes ramas de los árboles tiemblan. Me tiembla la mano, los ojos, todo yo tiemblo y en temblar me reconozco de este mundo. Cuando los temblores son nuestros, de ti y de mi, son nuestros temblores y esos son hermosos como un día dijo Julio: “…y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua”[1]



[1] Inspirado por un fragmento de Julio Cortázar en Rayuela

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