Hay dos enfermedades que mantienen a los
científicos en una imbatible tarea: curar todas las formas agresivas de cáncer y el sida. En el plano psíquico y espiritual hay dos fenómenos que nos intrigan mayúsculamente: superar las
raíces que generan la sed de venganza
(con toda su rabia, enojo, etc) y
la posibilidad de perdón. Ante todos
estos pesares humanos mi buen Jorge Luis
Borges -que no fue ni médico ni
psicoterapeuta pero sí fue un ser humano sensible y compasivo a su manera- nos dejó una buena noticia diciendo: Yo no hablo de venganzas ni perdones. El
olvido es la única venganza y el único perdón. El verdadero olvido es similar a cualquier cosa que aprendimos de niños y con el
paso de los años se esfumó de nuestra memoria sin dejar rastro, sin hacer ruido
ni polvareda, como una hoja al viento, como un barco anciano que descansa en el
fondo de los mares. Hay seres humanos que nos muestran una expresión afable y
en paz cuando son interrogados sobre algún hecho o persona que pensamos les
causaría alguna irritación o rabia
recordar y escuchamos como única respuesta un sencillísimo: No recuerdo…
Me
gustan, me asombran los cinco sentidos que traemos desde el origen de la
fábrica de la vida. Entre ellos, la vista
goza de ciertos privilegios comunicativos y se presta a diversos juegos como el
parpadeo, hacer un guiño, poner los ojos en blanco o abrirlos como platos. Los
cruces y encuentros de miradas es
todo un reino para ser explorado y casi no hay historia amorosa que no tenga
que ver algo o mucho con la mirada.
De una sabrosa conversación habida con unos amigos, me quedo con lo dicho por
la amiga más sabia de todas ellas: Una
mirada responde hasta lo que aún no preguntas… -y después de dicha esta frase, parpadeó, nos dio un guiño
y se marchó.
Hay una escuela secundaria cerca de mi
casa en este desierto .Me gusta pasar de vez en cuando por ahí pues una de las
paredes es el mejor pizarrón amoroso que conozco en esta ciudad. Alguna mano, no
sé si el o ella dejó esta huella escrita de las cosas que suceden cuando se
descubre al Tú irrepetible. No hay días buenos o malos... sólo hay días contigo o sin ti.
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Gira el amore |
Algo
tiene que ver el amor con lo redondo. Cuando nos aman y amamos sentimos que
todo está redondo, armónico, que volamos, damos volteretas, maromas y lo
redondo se entroniza en nuestras vivencias. En este desierto decimos “salir a
dar la vuelta” cuando dos se quieren. El tema es que, la vivencia amorosa mucho
tiene de viaje, de explorar y marchar a tierras lejanas o volar por los aires.
Solo entonces se entiende la frase de un amigo quien dijo: El
amor no es lo que hace que el mundo gire... pero es lo que hace que la vuelta
valga la pena. Amarse
es un viaje para dar la vuelta a la vida, al globo, a nuestra galaxia
imaginativa.
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Gene Kelly |
Hay
dos equipos de humanos ante la lluvia. Me inscribí en el primer equipo cuando
aprendí a caminar. Me encantaba jugar bajo la lluvia descalzo, me encantaba
hacer imaginarios barquitos con pedacitos de papel y echarlos a la mar, me
encantaba elaborar improvisadas canoas con trocitos de madera y dejarla luchar en
el cauce los ríos turbulentos formados
por el aguacero. Un día de verano, en mi
adolescencia, quedé extasiado viendo el baile de Gene Kelly en su inolvidable
Cantando bajo la lluvia. Desde
entonces quedé reconfirmado en que el aguacero, los chubascos, las nubes
pachonas que descargan en el verano son mis amigos entrañables. Todo se resume
pues en una expresión popular que dice: Algunos caminamos bajo la
lluvia, el resto... simplemente se moja. El aguacero es el baile de las nubes que
descienden a la tierra.