viernes, 28 de julio de 2006


Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Transterrados

Mis amigos van y vienen de los cuatro puntos extremos de este planeta. Algo tenemos en común los transterrados. Unos viajan obligados, otros por seguir el llamado de algo inefable. La historia es tan vieja como nuestra especie humana. Dejamos la tierra, cruzamos la tierra y los mares o volamos por los grandes espacios y llegamos a una tierra que hacemos nuestra y ella nos hace suyos. Me conmueve releer un fragmento de un pintor entrañable, quien nos dejó esta pintura de su vida: En aquel entonces había reconocido que debía ir a París.La tierra que había alimentado las raíces de mi arte era Vitebsk, pero mi arte necesitaba Paris tanto como un árbol el agua. No tenía otro motivo para abandonar mi patria y creo que siempre le permanecí fiel en mi pintura. Yo, por mi parte, crecí a la orilla de un río cordillerano cristalino, bajo la sombra de sus sauces y el coro de sus acequias llenas de verdura. Llegué al desierto para serle siempre fiel al agua de mis raíces.

- Inspirado en Marc Chagall.Mi vida

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