Un hallazgo singular y seductor me sobrevino al abrir un libro en una biblioteca. Encontré un pequeño sobre y en su interior una nota diminuta que decía:
A veces me salta y me asalta tu perfume…
¿Quién fue ella, quien fue él? Nunca lo conoceré probablemente. Pero me es familiar la emoción presente en la brevedad de las palabras. La evocación por el olfato es tan poderosa y movilizadora como la vista y el oído. Un aroma, un perfume y podemos viajar en el tiempo y en el espacio y reproducir con fiel exactitud sentimientos y emociones que estaban dormidos largamente mas no extintos. La magia hace que un perfume salte y nos asalte y ante el caemos rendidos.
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