lunes, 9 de marzo de 2009

La manzana


Conversé con un buen amigo que a lo largo de su vida le ha dado la vuelta al mundo y sólo le falta el viaje a la luna de ida y vuelta. Después de cada viaje vuelve a su lugar de origen que a él le gusta pero a muchos no. Me refiero a la ciudad de México que para unos es sinónimo de contaminación ambiental, ruido, grafitti, basura etc. Su explicación fue muy sencilla. Viajo por el mundo pero donde me siento cómodo es en mi ciudad porque yo soy como la manzana. ¿La manzana?, pregunté. Sí, las manzanas no caen lejos del árbol. Comprendí lo que muchos anhelamos: estar cerca de los afectos, de las raíces familiares, del fogón donde se cuecen los cuentos, los viajes y se hace el buen café.

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