¿Quién eres para mí? ¿Quién soy para ti? Recurrentes preguntas entre un hombre y una mujer, desde que el día es día y la noche es noche. Pero un día el hombre, un tal Julio, se miró en un estanque de agua clara, recién llovida .Esa tarde tomó café con su querida Maga. Le compartió su gran, su inmenso, su inesperado descubrimiento con estas palabras: Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.[1]
[1] Inspirado por Julio Cortázar
[1] Inspirado por Julio Cortázar
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