Caminé distraídamente y fui sorprendido por la esquina de la calle formada por una pared de adobe encalada que mostraba el paso del tiempo en una inscripción. Ese texto dijo así: Tus cabellos, tus manos, tu sonrisa recuerdan desde lejos a alguien que yo adoro. ¿Y a quién? Mayor fue mi sorpresa al dar la vuelta y leí: A ti. Firmado al pie distinguí una gran letra M y a continuación Yourcenar. Ah, sí, esa fue la segunda sorpresa para mi, el distraído . Sin duda, la sola letra M aludió a la gran Marguerite.[1]
[1]Inspirado por Marguerite Yourcenar Fuegos.Alfaguara,1982
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