Dicen que nuestros sueños de grandeza pueden ser grande como una ballena, alto como un rascacielos, largo como el puente que une dos continentes, demente como una cabeza enfebrecida. Para nosotros, los cultivadores de esos sueños de importancia, grandeza y poderes, vale la pena un pequeño recordatorio que reza así: Toda grandeza cabe en el límite estrecho de un ataúd. Sólo la muerte revela cuán triste cosa es nuestro cuerpecillo.
- Inspirado por mi buen Jose Emilio Pacheco.Sátiras
No hay comentarios:
Publicar un comentario