Sí, pequeños recordatorios para tiempos de bonanza y tiempos de malandanza.
Los poderosos sueñan con las estatuas de bronce que les harán sus súbditos más por miedo que por gratitud.
Las estatuas inmerecidas, grandes, pesadas sólo necesitan de unas cuerdas y que algunos tiren de ellas para ser derribadas.
Los bronces, relucientes por fuera y huecos por dentro tienen el mismo destino: se convierten en lo de siempre, monedas baratas, ollas, simples cacharros.
A los poderosos les gustan altos monumentos, altos como torres y olvidan que cuando la gente está harta de ellos, la caída será más estruendosa y en polvareda.
1 comentario:
Recuerdos para el tiempo.
Muy sabio, y muy simpático, quién de los políticos no ha sufrido una estruendosa caída, y aún así desean su monumento.
aprendamos la lección.
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