miércoles, 21 de abril de 2010

Una curiosa enfermedad

Hay reencuentros después de largas pausas temporales que me quitan el aliento y me llevan de golpe y porrazo a la vieja expresión familiar: ¡la tía ya dio el viejazo!.En ese momento me cae del cielo o brota de las profundidades de la memoria la expresión cristalizada que se me quedó de la dichosa tía. Hoy ha dado el viejazo –que sin duda les sucederá a muchos conmigo aunque yo no me dé cuenta. Pero también es cierto que hay seres maravillosos y uno queridísimo, entre ellos, es Julio, sí, Cortázar. De él decían que padecía una enfermedad desde niño: padecía la enfermedad de rejuvenecer. Tenía cara de niño y cuanto más pasaba el tiempo más grandes y niños fueron sus ojos. Se fue Julio y también su Maga de este mundo, pero Julio no envejece sigue siendo niño en los recuerdos de mi corazón agradecido.

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