lunes, 28 de junio de 2010

Al revés o patas arriba

Un rasgo notable de nuestra humanidad es el esfuerzo obsesivo que le ponemos a ciertos propósitos o intereses nuestros. Por ejemplo, es muy dado en nuestra cultura popular aquello de que las penas de amor, se ahogan bien en alcohol -sea en la lejana tierra del vodka o en el agua de bendita miel de nuestros tequilas, mezcales y sotoles del desierto. Pero, oh frustración, para el empeñoso bebedor que descubre al final de la jornada que bebió para olvidarla, y lo único que consiguió fue verla doble.

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