lunes, 18 de octubre de 2010

Pocos pelos, pocas balas

Un viejo amigo de este desierto es un perfecto representante de nuestra forma de hablar. Bromista consigo mismo, contundente, directo, breve. Un día le pregunté que cómo fue de joven. Me respondió en su estilo: pues mire usted, siempre fui de poco pelos pero bien peinados. Esta expresión que le retrata de cuerpo entero me dice de su pulcritud, su cuidado personal y la aceptación de lo que le fue dado, poco cabello pero llevado y traído con esmero y orden, como reflejo en otras esferas de su vida. Este amigo me dijo en otra ocasión: fui hombre de pocas balas pero muy certeras –frase claridosa que no deja lugar para ambivalencias entre la gente del desierto.

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