Decimos en estas tierras que cuando tenemos la atención dividida estamos con un ojo al gato y otro al garabato. De la misma manera queremos estar y no estar en la zona de las tormentas. Esa contradicción le llevo a un viejo amigo profesor de escuela a decirles a sus estudiantes durante el último día de clases -con una mezcla de humor y sabiduría: ¡Mucha gente mira al cielo y pide ser librado de la tentación pero hace todo para estar en contacto con ella aunque sea un poquito! Quizás este tipo de conducta tiene que ver con el asunto viejo del apego y el gusto por estar cerca del fuego y al mismo tiempo no querer quemarse.
-Inspirado por R. Orben
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