martes, 1 de marzo de 2011

Un poquito de fragancia

Decían los antiguos que somos lo que comemos y lo que comemos produce emanaciones diversas que el olfato las detecta siendo agradables o repugnantes para sí mismo y para los demás. El mundo del aroma y del miasma, es complejo y diverso. Dentro de ese panorama me deleita recordar a una mujer grande en edad y en una bondadosa dulzura a quien por algunos años le compré flores en su pequeño puesto de venta. Cuando la recuerdo llego a la conclusión de que ella y las flores que vendía se habían convertido en UNO. De ella puedo decir que un poquito de fragancia se aferra a la mano de quien cultiva y vende flores.  

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