lunes, 31 de octubre de 2011

Creer y comprobar

Copernicus y modelo heliocéntrico
Es milenaria la controversia entre el ámbito de la fe y el de la ciencia. La fe por definición incluye afirmaciones que no requieren de demostración objetiva, mensurable y se aceptan – sin que esto quiera decir que son irracionales necesariamente, aunque pueden ser). La ciencia, por otro lado y en lealtad a sus principios se apega a los pasos ordenados que lleva a la comprobación de lo que se presenta como hipótesis para ser demostrada. La ciencia va de la mano con el mundo físico y no con el metafísico. Mientras comprendamos y respetemos estos mundos puede darse una colaboración y no una oposición entre los mundos de la fe y de la ciencia. No ha perdido vigencia, para los que tenemos la orientación científica en nuestras vidas, el recordatorio de Carl Sagan, el gran indagador del universo: Desconfía de los argumentos que proceden de la autoridad. En ciencia las verdades no se aceptan porque vengan de una autoridad sino porque pueden ser verificables por cualquier ser humano dotado de conocimiento, de los medios adecuados y de honestidad intelectual.






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