domingo, 8 de abril de 2012

Iguazú y otras consideraciones.

Vi por el televisor una simulación de la catarata de Iguazú, espléndida en el fragor de sus millones de metros cúbicos derramados. En un parpadeo la catarata comenzó a menguar hasta que sólo quedo una pared rocosa completamente seca y no exagero que sentí que algo se secaba dentro de mi y se moría como un pez fuera del agua . Lo que  un día comenzó a ser, un día dejará de ser . Hasta el día mas humilde como un lunes está precedido de un domingo. Un día nacieron los volcanes y aparecieron las olas y los senderos entre los bosques. El olivo milenario fue una plántula ,el Amazonas un día fue sólo un riachuelo y el viento en el desierto así nos trae nubes y el mismo viento se las lleva. Hoy es hoy, tal vez una día más  -sin más historia que ser hoy, un jueves, pequeño insignificante pero luminoso para comprender la grandeza de lo insignificante y la pequeñez de todo lo que desfila ante nuestra mirada como grande e importante –sea en el reino de las cosas, de la natura o de las hechuras humanas…

No hay comentarios: