Los caprichos
La
sabiduría y el buen humor de nuestra gente del desierto no deja de admirarme
pues el repertorio de su ingenio cubre toda situación
humana,prácticamente.Mientras esperaba un autobús que me llevaría a casa desde
la frontera ,allá donde comienza la patria, escuché a una abuela de unos 80 años esta sentencia contundente para su nieta: Oiga mi´ja quítese esos caprichos con sus papás porque Dios no está ni
para cumplir nuestros deseos ni para enderezar a jorobados.
La sonrisa me recorrió de pies a cabeza y no dudo que esa expresión será
indeleble en la memoria de la niña.
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