lunes, 13 de mayo de 2013

Una casa, un jardín






La mayor parte de la humanidad  no tiene lo que llamamos casa propia sino un espacio en renta que a veces ,difícilmente, puede llamarse casa. Por otro lado, en la llamada clase media, la casa propia se presenta como uno de los propósitos centrales de la vida productiva junto con el formar una familia. De tal suerte que la casa es un logro, un patrimonio  importante. Pero quien se aventura al sueño de la casa propia en su inmensa mayoría comprará una casa hecha en serie, o casas de oportunidad que pasaron por varios dueños. Construir una casa de acuerdo con las necesidades materiales,emocionales, sociales y espirituales de la persona es un privilegio que muy poca gente tiene en la práctica. Sin embargo Luis Barragán el gran arquitecto mexicano del siglo XX definió su tarea al servicio de los seres humanos con una frase luminosa: En mis jardines, en mis casas, siempre he procurado que prive el plácido murmullo del silencio, y que en mis fuentes cante el silencio . La visión de Luis Barragán apunta al desarrollo de nuestras necesidades espirituales además de contar sólo con un espacio para comer y dormir.


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