Nuestro desierto está rodeado
por los grandes llanos y las serranías -asiento de bosques de coníferas y de
las comunidades rarámuris. Nuestro
desierto es un arcón de sorpresas para propios y extraños desde cualquier punto
de vista -el paisaje natural, la
historia viva, los recursos vivos tanto humanos como flora y fauna generosas.
Uno de nuestros tesoros son los pequeños frutos conocidos como oleaginosas.
Tesoro pues su valor es incalculable si tomamos sus aportaciones a la vida
saludable. Me refiero a las nueces, las
almendras, el maní , el ajonjolí –sésamo-, las olivas –aceitunas- . Son
frutos diminutos si los comparamos con
cualquier otro fruto y su riqueza aporta
resistencia contra el frío y el calor extremo, permite que asimilemos algunas
vitaminas , son indispensables en el aderezo de los alimentos, enriquecen al sistema óseo, digestivo, circulatorio y a la piel. Todos estos frutos son ricos
en aceite y sobre el aceite diremos: viene del árabe Az-Zait -jugo de aceituna- . Oleo ,viene del latín óleum -jugo de oliva- Los términos Aceite y Oleo significan lo
mismo. Sin tierras y olivares qué sería
de las ciudades, se dice en castellano.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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