lunes, 14 de octubre de 2013

Frutos del desierto




Nuestro desierto está rodeado por los grandes llanos y las serranías -asiento de bosques de coníferas y de las comunidades rarámuris. Nuestro desierto es un arcón de sorpresas para propios y extraños desde cualquier punto de vista  -el paisaje natural, la historia viva, los recursos vivos tanto humanos como flora y fauna generosas. Uno de nuestros tesoros son los pequeños frutos conocidos como oleaginosas. Tesoro pues su valor es incalculable si tomamos sus aportaciones a la vida saludable. Me refiero a las nueces, las almendras, el maní , el ajonjolí –sésamo-, las olivas –aceitunas- . Son frutos diminutos si los comparamos  con cualquier otro fruto  y su riqueza aporta resistencia contra el frío y el calor extremo, permite que asimilemos algunas vitaminas , son indispensables en el aderezo de los alimentos, enriquecen  al sistema óseo, digestivo, circulatorio y a la piel. Todos estos frutos son ricos en aceite y sobre el aceite diremos: viene del árabe Az-Zait  -jugo de aceituna- .  Oleo ,viene del latín óleum   -jugo de oliva-   Los términos Aceite y Oleo significan lo mismo. Sin tierras y olivares qué sería de las ciudades, se dice en castellano.

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