sábado, 5 de diciembre de 2015

Un para qué




Decir “finalidad” es aludir al para qué de algo. Si nos preguntamos por el para qué de nuestra vida podemos dar casi incalculables respuestas. Cada tiempo de la historia humana suele privilegiar el para qué estamos vivos y el para qué nuestros afanes cotidianos. La segunda mitad del siglo 20 y lo que va de este siglo 21 parece que gira en torno al deseo de “prosperar” y vivir la “prosperidad material”.  Ante este panorama Elena Poniatowska hizo esta anotación luminosa en su libreta de reportera:  La finalidad de la vida no es prosperar  –solamente-   sino transformarse”   es decir, ganar conciencia clara y congruente  de nosotros, de los seres humanos y del mundo –en el que vivimos


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