domingo, 6 de diciembre de 2015

Humanidad



Es común escuchar expresiones pesimistas acerca de la condición actual del mundo, de los pueblos y los individuos. Pensemos en las olas de violencia, guerras fratricidas, ejecuciones vistas alrededor del mundo. Se agrava el tono al hacer comparaciones del presente  con tiempos idos. Pero todo el llamado “mal del mundo” no lo causa la naturaleza, ni los mares ni las montañas. El “mal del mundo” reside en nuestras mentes, en nuestros corazones y actúa  a través de nuestras manos. Así que es nuestra responsabilidad ser de otra manera. Tengo cerca, muy cerca de mi las palabras de “Alma grande” Gandhi: “No pierdas la fe en la humanidad. La humanidad es como un océano.; si algunas gotas del océano están sucias, el océano no se convierte en algo sucio.”



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