lunes, 4 de julio de 2016

Gente del silencio

Desde que el mundo es mundo hubo abismos que salvar, orillas que unir, puentes para construir y lenguas para traducir. Un traductor es un constructor de puentes que nos salvan de morir cada cual en la orilla de la vida. Una nueva lengua es un nuevo universo que vivo y desde el cual me veo y me entiendo. De los traductores nadie se acuerda como tampoco de los árbitros en el fútbol y muchos menos de los asistentes de linea del árbitro -pero cuán necesarios son.  Y hay otras joyas de trabajo como los paleógrafos que se sumergen en el rompecabezas de la noche y extraen la comprensión de los textos oscuros,viejos y misteriosos.  Los maratonistas de la vida ni los ven y mucho menos voltean la mirada  para agradecerles pues su vertiginosa carrera tras el éxito  no les permite reparar en pequeñeces.Todas estas actividades se cocinan con silencio, con tiempo, lento tiempo y perseverancia. Por eso son pocos, callados y gracias a ellos estamos en el siglo XXI. 

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