viernes, 19 de febrero de 2010

Llegada la hora

El cuerpo de un poderoso de este mundo muerto. Ataúd, flores, esquelas, loas, murmuraciones, perfumes, lentes oscuros, caras de ocasión, más flores. Pasado el rito nace el mito y todo baja a la tierra. En el otro lado del mundo un terremoto se devora a cien mil pobres negros, olvidados del cielo y de la tierra pero más familiares con la tierra de cuyo lodo y polvo nunca se despegaron. Sin ataúd, sin flores, sin esquelas, sin murmuraciones, sin perfumes, sin lentes oscuros, sin caras de ocasión los cien mil pobres negros son apilados por las maquinas excavadoras. Abren un hoyo tan grande como un circo, tan grande como un stadium y ahí los dejan rodar, caer, y con el sólo ritual de las toneladas de tierra son cubiertos .Poderoso o pobre de todo poder, ahí quedan todos los cuerpecillos humanos. Arriba una nube de moscas sonríe. Ha llegado su hora.

-Homenaje respetuoso a los caídos en el terremoto de Puerto Príncipe. Enero 2010

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