viernes, 16 de abril de 2010

Una joven mujer

Todos los días, instante tras instante brotan miles de seres humanos en este mundo y en este mundo se sumergen. Mas allá de que una vida humana se recibida y despedida con fanfarria el hecho sucede por millones cada día. Hoy he leído sobre una muchachita desaparecida en la frontera que fue hallada entre las dunas de nuestro desierto. Tirada en medio del mar de arena fue dejada a la deriva del oleaje del viento que la meció durante el día con un susurro infinito y estuvo bajo las estrellas temblorosas para cuidarle el sueño. Las rodadoras de hierba seca se arremolinaron junto a su despojo y formaron un ovillo acariciándola. El viento nocturno fue el último arrullo que no recibió en vida. Al paso de las horas sin pausa, de los días y los meses  la arena fue borrando sus facciones doloridas, secó su carne, y extendió su cabello como finos hilos plateados en la duna. Cada vez que camino en este desierto recuerdo lo que me dijo un viejo ranchero. Cuando estés entre las dunas y escuches el susurro del viento es que esta acariciando a alguien que esta partiendo.En ese momento calla y une tu murmullo al viento.



- Modesto homenaje a todas las mujeres del mundo, a nuestras mujeres del desierto y a esta mujer jovencita, el día 8 de Marzo de 2010.







1 comentario:

Anonymous dijo...

Conmovedora tu reflexiòn.
Poesìa dulce y suave
y al mismo tiempo
realidad que cala,
pero a fin de cuentas
realidad.