Dicen que a nuestros padres los respetábamos y les tuvimos un cierto temor respetuoso.Los hijos del Hoy les tienen tanta confianza a sus padres que el respeto suele salir por la ventana.Me parece que los padres de hoy les tienen miedo a sus pequeños hijos.A mí me tocó vivir bajo el reino de la mirada.Fui un hábil escrutador y descifrador de la mirada de mi padre y de mi madre quienes conducían nuestras pequeñas vidas con la misma maestría como un buen jinete conduce a su caballo -sin lastimarlo, sin perder las riendas.La mirada, su mirada, me hace recordar la delicia de unas líneas de José Emilio Pacheco para trazarnos la viva imagen de un gorrión-niño o de un niño-gorrión:
Baja a las soledades del jardín
Y de pronto lo espanta tu mirada
Y alza el vuelo sin fin,
Alza su libertad amenazada
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