¿Por qué estás silenciosa? Así parece preguntarle un gorrioncito a su madre
que está en el nido en lo alto de mi álamo chopo invernal. Revolotea y
revolotea y su madre no responde.Viene,descansa en el alero de mi casa y desde ahí
espera. Vuelve, revolotea y la misma pregunta: ¿Por qué estás silenciosa? El
aleteo es desolado como el que tienen los gorrioncitos huérfanos que esperan a
la madre en el nido, y los cubre el manto de nieve.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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domingo, 16 de diciembre de 2012
viernes, 10 de diciembre de 2010
La mirada
Dicen que a nuestros padres los respetábamos y les tuvimos un cierto temor respetuoso.Los hijos del Hoy les tienen tanta confianza a sus padres que el respeto suele salir por la ventana.Me parece que los padres de hoy les tienen miedo a sus pequeños hijos.A mí me tocó vivir bajo el reino de la mirada.Fui un hábil escrutador y descifrador de la mirada de mi padre y de mi madre quienes conducían nuestras pequeñas vidas con la misma maestría como un buen jinete conduce a su caballo -sin lastimarlo, sin perder las riendas.La mirada, su mirada, me hace recordar la delicia de unas líneas de José Emilio Pacheco para trazarnos la viva imagen de un gorrión-niño o de un niño-gorrión:
Baja a las soledades del jardín
Y de pronto lo espanta tu mirada
Y alza el vuelo sin fin,
Alza su libertad amenazada
lunes, 15 de marzo de 2010
Gorrioncito
¿Que es la fotografía? Cada vez que me pregunto suelo darme una respuesta nueva. Por ejemplo: detener el tiempo, no cambiar el curso de las cosas. Fotografiar es contener la respiración, por un instante, que puede vivirse como una eternidad como al ver a un gorrioncito que camina con sus patitas mojadas en la terraza de madera junto a mi refugio. Al traer sus patitas mojadas y dejar sus huellas puedo imaginar que estuvo bebiendo en un charco, que se mojó en la lluvia cercana. Puedo imaginar que en el instante de contemplarlo él también me ve que lo veo. Puedo imaginar que levantará su vuelo y su presencia quedará en mí y yo en él. El poeta Shiki dejó escrito lo siguiente:
Andando con sus patitas mojadas,
el gorrión
por la terraza de madera…
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