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jueves, 6 de octubre de 2016

Ayer, hoy, ayer

Estamos acostumbrados a ver lo que vemos
hoy, al niño lo vemos niño
hoy, al viejo lo vemos viejo

Un día aprendí a ver al niño que fue el viejo
un día aprendí a ver al viejo que vive en el niño

La nube hermosa que veo hoy, me dice de la primera nube que nació en el mundo
El pino hermoso que veo hoy, me dice del primer pino que nació en el mundo.



miércoles, 28 de enero de 2015

Klaus y el tiempo



Mi buen amigo Klaus fue fotógrafo profesional  para una compañía europea de turismo. Un día nos encontramos en un sendero polvoriento en la cordillera de los Andes. Me llamó la atención verle sin su pesado y voluminoso equipo. Al preguntarle al respecto de sus máquinas me dijo: “Viajé por el mundo fotografiando y algunos me envidiaban ese estilo de vida. Pero al estar tan atento al trabajo de hacer fotografías perfectas dejé de contemplar las maravillas del mundo. Me he jubilado , he vendido mi equipo y ahora sigo viajando con los ojos bien abiertos y es un regalo del cielo aprender a contemplar ,pues del simple mirar me cansé. Mis mejores fotos se han vuelto amarillentas pero las que guardo en el corazón están vivas ,frescas y van conmigo”. Misteriosa afición de los humanos el intento de perpetuar la mirada en el papel  -sabiendo que es sólo por un rato, pues el tiempo se encarga, sin prisa y sin pausa, de borrar todo  -como el viento borra las pisadas humanas en la arena. Al  recordar mi encuentro con Klaus, viene a mi, un hondo texto de José Emilio llamado:
Imagen
La foto queda allí. Detuvo un segundo.
Se convirtió en pasado en el mismo instante.
El oleaje del tiempo no cesa nunca.
La vejez nos distancia a cada minuto
de la imagen inmóvil donde quien fuimos
observa fiel al muerto que seremos.

José Emilio Pacheco, La Arena Errante. FCE. México, 2014



miércoles, 15 de octubre de 2014

Todo y nada

WZ/GPH
Una de las fantasías más comunes en este mundo de humanos es creernos dueño de casi todo.De ahí nació la propiedad privada  tan reverenciada y deseada por unos . De ahí nació la propiedad privada  odiada para otros.Pero cuando me detengo,respiro y tomo distancia de este tema puedo percibirlo con un dejo, con un guiño de humor y aparece ante mí la luminosa postura de mi querida Zsymborska cuando en su Cracovia escribió: Todo es mío y nada me pertenece, nada pertenece a la memoria, todo es mío mientras lo contemplo. Gran verdad comprobada en cada minuto que se va un ser humano de este mundo tan desnudo como llegó a él. El instante gozoso de ver al hornero en una ramita, contemplar cómo revienta la ola y se doblega ante la arena y el arco iris aparece después de la caída de los copos de nieve,todo es mío mientras lo contemplo pero tampoco soy dueño de mi memoria y ella es tan fugaz como el hornero en la ramita.Hoy está,mañana quién sabe a dónde volará.Así,la memoria y todo eso que llamo mío.Sonrío.

sábado, 17 de mayo de 2014

El cielo y la tierra

GPH
La vida en nuestro desierto,esta bajo el signo del alto contraste pasando del calor al frío y de la calma a la tormenta de arena. El horrizonte nos regala una visión privilegiada de la grandeza de nuestra tierra. Durante la noche los cielos estrellados desbordan en luminarias,luces y fueguitos.La primavera nos regala un manto multicolor de miniaturas en todo su esplendor.No nos faltan motivos y escenarios para maravillarnos pero ,de vez en cuando, surge la voz sabia realista de nuestra gente vieja que nos llama a vivir con los pies en la tierra: Contempla al cielo,pero no te olvides de cortar leña para la chimenea

domingo, 22 de diciembre de 2013

Contemplaciones, explicaciones

El niño contempla  el mar, por primera vez.

¡Papá las nubes se han caído!
¿Cómo?
Sí, por eso hay mar.

Días después.

¡Papá el mar se ha elevado por los cielos!
¿Cómo?
Sí, el cielo está lleno de nubes.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Desierto otoñal





Bien visto y contemplado nuestro amado desierto es un libro abierto, una paleta de colores, una sinfonía concertante, un andante cantábile, un oleaje infinito de arenas trashumantes. Siempre diferente, siempre nuevo y sorprendente. No hay un día igual a otro, desde que el mundo comenzó a girar y el desierto da cuenta de ello. Ahora, los días son brevísimos y una tibia y tímida luz nos arropa para dejar el paso a largas horas de cielos estrellados y el manto del frío ártico se pasea en nuestros llanos. Estamos en el final del otoño. ¿Cómo es el otoño en nuestro amado desierto?       El otoño es una segunda primavera en que cada hoja es una flor  -dijo ese gran amante del desierto, Albert Camus.




viernes, 19 de abril de 2013

Un dilema






Una característica especial de los seres humanos es que de cuando en cuando nos vemos sumidos en una situación dominada por el dilema. Una situación que hace difícil decidirse  entre A y B, entre esto y aquello. En el hermoso librito titulado Los Cantos del Pequeño Paraíso descubrí esta joya:

La flor
de la copa del árbol
¿la cortaré o la dejaré allí
para contemplarla?

La sabiduría del poeta desliza ante nosotros la consideración de este dilema -que no solo se aplica al mundo de las flores sino a nuestras relaciones interpersonales. Hay una invitación explícita para que meditemos en la fuerza de los verbos cortar y contemplar. Todo suele tener su pro y contra y un sentido velado que espera que lo de-velemos.


martes, 19 de febrero de 2013

Perspectiva y tiempo






Cuando estoy de pie junto a un altísimo edificio o rascacielos no puedo ver  la cumbre o punta. Cuando estoy al pie de un árbol no puedo ver el punto mas alto de su copa. Cuando estoy al pie de un faro marino no puedo ver la plenitud del brillo de su lámpara. En los tres casos necesito tomar una distancia  suficiente para e ver el edificio, el árbol y el faro completo y apreciarlos en su dimensión de plenitud. De manera similar sucede con cada instante   vivido. No puedo percibir su sentido pleno ,completo. Necesito del tiempo. El tiempo me da la perspectiva plena y completa del significado de los instantes  vividos.  De tanto en tanto, es bueno detenerse y contemplar lo andando en la vida y se nos revelará el sentido de cada instante, su origen y las consecuencias que se derivaron. Un amigo me dijo: No entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos.[1]






[1] Inspirado por un amigo guitero de Frases reales.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mostrar

Julio le escribió a su querida amiga María y le mostró con palabras lo siguiente: “Quisiera poder mostrarte, por ejemplo, un atardecer en el Pont du Carroussel. Venía del Louvre con una amiga, y nos paramos a mirar Notre-Dame, lejana, entre una bruma azul.Entonces, en menos de un minuto, ocurrió el milagro, la locura absoluta. Los faroles de gas se encendieron de golpe, y la piedra de los pretiles, yo no sé por qué mezcla de aire y luz, se puso intensamente rosa. Nosotros la mirábamos mudos. Entonces vimos que la proa de la Cité y las torres lejanas habían pasado instantáneamente a un violeta profundo, ya la vez el río estaba verde, un verde lleno de oro. Yo cerré los ojos, desesperado al comprender que eso no podía durar, que esa cosa veneciana iba a degradar instantáneamente a perderse…pero duró, dos o tres minutos, el tiempo de ver subir las primeras estrellas. Nos fuimos de allí sin poder hablar, demasiado felices para decir que lo éramos”. Me asombra ese detenerse en medio de un puente suspendido sobre la nada para contemplar. Me asombra que uno llegue al lugar adecuado en el momento preciso y a eso le llamamos milagro. Los milagros nos dejan mudos. Unos de los milagros que se derraman sobre el mundo es el rosicler vespertino que suaviza a las tristezas, dolores y nostalgias humanas. Hay una cierta y precisa desesperanza al constatar que todo, comenzando por lo más hermoso es breve, fugaz, transitorio.Estamos ante la impermanencia búdica que en su brevedad nos devela el gozo de lo sublime. Lo sublime no necesita de palabras sino de silencio compartido en una silenciosa complicidad para toda la vida.

-Maria Jonquiéres de Buenos Aires 

lunes, 15 de marzo de 2010

Gorrioncito

¿Que es la fotografía? Cada vez que me pregunto suelo darme una respuesta nueva. Por ejemplo: detener el tiempo, no cambiar el curso de las cosas. Fotografiar es contener la respiración, por un instante, que puede vivirse como una eternidad como al ver a un gorrioncito que camina con sus patitas mojadas en la terraza de madera junto a mi refugio. Al traer sus patitas mojadas y dejar sus huellas puedo imaginar que estuvo bebiendo en un charco, que se mojó en la lluvia cercana. Puedo imaginar que en el instante de contemplarlo él también me ve que lo veo. Puedo imaginar que levantará su vuelo y su presencia quedará en mí y yo en él. El poeta Shiki dejó escrito lo siguiente:

Andando con sus patitas mojadas,
el gorrión
por la terraza de madera…