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lunes, 15 de diciembre de 2014

Mucha tela

En este mundo veo que habitamos dos tipos de seres humanos: unos podemos pasarnos buena parte de la vida diciendo: deseo esto, deseo aquello,  cuánto me gustaría tener esto o aquello;  otros decimos deseo esto y quiero aquello y ¡decido que suceda!  Esta tipología sobre el desear y hacer que suceda se encuentra repartida  en el campo de las decisiones políticas, en las familias, escuelas, empresas, como en la vida personal. Por eso no llega la justicia, a los servidores públicos que no cumplen no se les destituye y a los particulares que son corruptos poco se les persigue. En pocas palabras dice el dicho popular :  Hay mucha tela de donde cortar, pero pocos saben o quieren  usar las tijeras (*)



-Inspirado por un mensaje de Merlina Acevedo.

lunes, 8 de diciembre de 2014

No necesitamos

Pasan los años y su recuerdo es más sentido y su memoria se acrecienta en quienes fuimos sus contemporáneos y nos gustó su música y la poética de sus canciones. Sí, cada diciembre recordamos a John Lennon.  Me gusta recordarlo como el hombre de breves palabras, contundentes e impregnadas de una sabiduría que se antoja oriental -ajeno a la verborrea- Respecto a la violencia y a los métodos tan populares en nuestra pseudo cultura bélica dijo: No necesitas una espada para cortar flores.  He aquí el eco de otro sabio anónimo que desafió a un temido samurai diciéndole: Usted señor se enorgullece porque puede cortar mi cabeza con su sable en un segundo pero usted señor no podrá volver a poner una flor, cortada con su sable,  en su frágil tallo. No me queda duda de la fuerza de la violencia como tampoco me queda duda de su ineficacia a largo plazo.

viernes, 19 de abril de 2013

Un dilema






Una característica especial de los seres humanos es que de cuando en cuando nos vemos sumidos en una situación dominada por el dilema. Una situación que hace difícil decidirse  entre A y B, entre esto y aquello. En el hermoso librito titulado Los Cantos del Pequeño Paraíso descubrí esta joya:

La flor
de la copa del árbol
¿la cortaré o la dejaré allí
para contemplarla?

La sabiduría del poeta desliza ante nosotros la consideración de este dilema -que no solo se aplica al mundo de las flores sino a nuestras relaciones interpersonales. Hay una invitación explícita para que meditemos en la fuerza de los verbos cortar y contemplar. Todo suele tener su pro y contra y un sentido velado que espera que lo de-velemos.