domingo, 30 de enero de 2011

Aprendiz

Mi maestro de literatura me sorprendió un día con un ejercicio que aplicó a todo el grupo pidiéndonos que escribiéramos una primera lista con todas las cosas que expresábamos con dificultad y una segunda lista con aquellas cosas que expresábamos fácilmente. Cada cual de nosotros respondió al ejercicio. La respuesta que más me impresionó fue la de mi maestro precisamente, quien con suma sencillez nos dijo que él a sus 60 años aún seguía siendo un aprendiz en el arte de expresarse genuinamente y esa dificultad la resumió así: Siempre encuentro más difícil decir las cosas que quiero decir que las que no quiero decir. Tomé nota de su sinceridad y andando el tiempo constaté que los grandes hombres suelen coincidir en reconocer que tienen una caráctersitica muy humana que consiste en hacer el mal que no se desea y no hacer el bien que se anhela.

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