Estar en el mundo implica experimentar golpes, caídas, rozaduras, quiebres, cortes, punsiones, quemaduras.
Recordémonos como niños, adolescentes, adultos y ancianos.
Se repite el cuadro con diversos escenarios.
Esos instantes dejan huella, dejan cicatriz.
La cicatriz no duele pero es el recordatorio de lo que sucedió, de ese dónde, cómo y para qué.
La cicatriz es una suerte de maestra, nos previene.
El mapa de nuestra vida,
el mapa de nuestro cuerpo,
el mapa de nuestra alma
guarda cicatrices
de diverso tamaño, forma y recuerdo.
Las cicatrices son un diálogo con nuestro pasado,
con gran valor para el presente de nuestra vida.
Sin embargo, "Las cicatrices muestran dónde estuvimos, pero no predicen dónde estaremos"
-Inspirado por Sgt.Harrison Scott /Criminal Minds
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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jueves, 21 de enero de 2016
miércoles, 10 de junio de 2015
La duda
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Chinese writer |
miércoles, 14 de mayo de 2014
Dolor
El frío fortalece al árbol
La nieve, cura al árbol
El viento, fortalece al árbol
El agua, nutre al árbol
De igual manera, todo se aplica al ser humano y además está
el sufrimiento que tiene una
utilidad: es nuestro maestro, nos
educa y nos permite crecer ¿Cuánto de lo
que somos en el presente es gracias a las lecciones aprendidas de nuestros
errores, equivocaciones? Un viejo ranchero de nuestro desierto fue profesor en
una escuela rural y el día de su jubilación dejó esta frase sabia y memorable: El hombre a quien el dolor no educó, siempre
será un niño.
domingo, 30 de enero de 2011
Aprendiz
Mi maestro de literatura me sorprendió un día con un ejercicio que aplicó a todo el grupo pidiéndonos que escribiéramos una primera lista con todas las cosas que expresábamos con dificultad y una segunda lista con aquellas cosas que expresábamos fácilmente. Cada cual de nosotros respondió al ejercicio. La respuesta que más me impresionó fue la de mi maestro precisamente, quien con suma sencillez nos dijo que él a sus 60 años aún seguía siendo un aprendiz en el arte de expresarse genuinamente y esa dificultad la resumió así: Siempre encuentro más difícil decir las cosas que quiero decir que las que no quiero decir. Tomé nota de su sinceridad y andando el tiempo constaté que los grandes hombres suelen coincidir en reconocer que tienen una caráctersitica muy humana que consiste en hacer el mal que no se desea y no hacer el bien que se anhela.
jueves, 18 de marzo de 2010
Pozo
Los maestros de vida son como los puentes y los puentes son de paso para llevarnos de una orilla a otra. Esta convicción sobe la transitoriedad y el no apego hacia las ideas, las cosas y las personas despertó la sabiduría del poeta Hôsai quien nos dejó tres líneas:
empapado de agua,
viento del atardecer.
El borde del pozo, empapado de agua por causa del viento, nos lleva a pensar en el otoño o invierno. Imagino el sin número de sedientos que se acercaron al brocal, tomaron de su agua y calmaron su sed. Luego se marcharon. Maestro, puente y pozo de agua son lo mismo…
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