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sábado, 31 de julio de 2010

Una rana en un pozo


Decían en el antiguo Japón que la forma del mundo dependía de la mirada que cada rana tenía en su pozo. Comprendemos, por un lado, la subjetividad de la mirada de cada cual y por otro lado, la limitación que tiene cada perspectiva o mirada sobre la realidad. Siguiendo en la misma línea, los viajes nos permiten entrar en contacto con las diversas miradas que sobre el mundo tenemos los humanos que nos encontramos en el camino. Las actitudes abiertas o cerradas ante las realidades humanas llevaron a los antiguos habitantes del Japón a concluir que una rana en un pozo no conoce el gran mar. Mi hallazgo en estos días me ha permitido constatar que hay personas que aunque viajen no lo hacen con un espíritu abierto y flexible y siguen viendo el mundo desde la estrecha mirada de su propio pozo.

jueves, 29 de julio de 2010

Sapo de otro pozo

Cada viaje, fuera del desierto, es promesa cumplida de volver enriquecido por los nuevos conocimientos, los encuentros con personas, lo enseñado y aprendido, lo buscado y lo encontrado, los descubierto y olvidado. En el campo del habla popular vuelvo feliz por constatar, una vez más, la riqueza de los giros y expresiones verbales. Hoy está conmigo la expresión argentina que dice: Sapo de otro pozo. Para designar al otro, al diferente, otro estado de consciencia, otra forma de hacer las cosas o de vivir y pensar, tenemos a la expresión Sapo de otro pozo. Es divertido, para mi, observar como una ligera entonación de la voz  sugiere algo diferente -que puede ir desde lo aceptante y celebrador hasta lo despectivo y extrañado. Por último, cuando vuelvo, luego de largo viaje hay veces que me siento como pez en el agua pero hay veces, como ahora, que también me siento como Sapo de otro pozo. Estas dos metáforas tienen en común a dos pequeñitos seres vivos que, además,…viven en el agua.


jueves, 18 de marzo de 2010

Pozo

Los maestros de vida son como los puentes y los puentes son de paso para llevarnos de una orilla a otra. Esta convicción sobe la transitoriedad y el no apego hacia las ideas, las cosas y las personas despertó la sabiduría del poeta Hôsai quien nos dejó tres líneas:

El borde del pozo
empapado de agua,
viento del atardecer.

El borde del pozo, empapado de agua por causa del viento, nos lleva a pensar en el otoño o invierno. Imagino el sin número de sedientos que se acercaron al brocal, tomaron de su agua y calmaron su sed. Luego se marcharon. Maestro, puente y pozo de agua son lo mismo…