El frío fortalece al árbol
La nieve, cura al árbol
El viento, fortalece al árbol
El agua, nutre al árbol
De igual manera, todo se aplica al ser humano y además está
el sufrimiento que tiene una
utilidad: es nuestro maestro, nos
educa y nos permite crecer ¿Cuánto de lo
que somos en el presente es gracias a las lecciones aprendidas de nuestros
errores, equivocaciones? Un viejo ranchero de nuestro desierto fue profesor en
una escuela rural y el día de su jubilación dejó esta frase sabia y memorable: El hombre a quien el dolor no educó, siempre
será un niño.
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