Ya te puedes imaginar que tengo los ojos absolutamente desollados. Así se expresó Julio al escribirle a su entrañable amigo Eduardo después de visitar una muestra retrospectiva del pintor Roualt y sus 200 obras[1].
Estos ojos nuestros para cuantas faenas se prestan para muchas faenas, estos ojos nuestros que tiran para adelante en tantas jornadas nuestras.
Hoy quiero recordar otros instantes de mis propios ojos, inseparables videntes y sintientes que van conmigo…desde el primer rayo de luz, hasta que la luz en mis ojos se extinga.
Ya te puedes imaginar que tengo los ojos absolutamente ahumados
Ya te puedes imaginar que tengo los ojos absolutamente ahogados
-de risa, de llanto, de gozo, de placer-
Ya te puedes imaginar que tengo los ojos absolutamente desorbitados
Ya te puedes imaginar que tengo los ojos absolutamente en blanco.
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