lunes, 18 de marzo de 2013

Olvidos







Con cierta frecuencia damos como explicación la frase que dice: Ah,perdón, se me olvidó. Se me olvidó esto y aquello. Se me olvidó la tarea escolar y tu cumpleaños, pagar los impuestos y comprar el gas, dar de comer a nuestro perro y decirte buenas noches. Olvidos y olvidos de los olvidos. Para todos estos olvidos está el tomarse algún o algunos minutos al día. Un lugar callado,un lugar para nosotros. Dándole la espalda al ruido y al trajín basta con unos pocos minutos para hacer algo aparentemente inútil. Unos le llaman a ese tiempo y espacio: meditación, otros le dicen encuentro,también le dicen oración. Sea como fuere, un riesgo grande para el ser humano no es sólo perder el teléfono portátil o las llaves de su vehículo y de la casa. La mayor pérdida es  olvidarse de quienes somos realmente y a qué estamos llamados en esta vida. El propósito de la llamada meditación, serenarse, callarse, es  ayudarnos a recordar quiénes somos. Del verbo ser se derivarán otros verbos como ¿que quiero?, ¿qué necesito?, ¿qué me gusta hacer? o el tan conocido verbo tener. ¿Que deseo tener? Para responder a esta última pregunta hemos de volver nuevamente a la primera ¿Quién soy?



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