Parte interesante de nuestra vida humana es el reconocimiento y aceptación
de nuestra fragilidad. Un microbio -sólo
percibido por el potente microscopio- nos puede aniquilar. Sobrevivimos
escasamente a la falta de oxígeno, agua, sueño y sólidos. Nuestro cuerpo es frágil y cualquier objeto lo lastima y
desfigura. Ante esta y otras manifestaciones de nuestra fragilidad le
presentamos la previsión para adelantarnos
a los accidentes. Nuestra fragilidad la cuidamos poniéndonos a salvo, buscando
diferentes refugios -ante las cambiantes condiciones del clima y
las conductas amenazantes de otros
humanos ,etc. Uno de esos refugios es nuestro hogar donde nos
sentimos a salvo, particularmente, de no pocos infortunios. Pero el hogar de
hoy suele estar ,a su vez, lleno de ruidos, imágenes del televisor,etc. Se
necesita pues tener un refugio dentro
del refugio y ese refugio se llama el libro.
El libro callado que nos escucha, que siempre está de buen ánimo para
recibirnos, que es de una calidez magnífica entre nuestras manos y acepta que
nos quedemos dormidos mientras lo leemos. Sabio mi buen Julio cuando escribió: Los libros van siendo el único lugar de la
casa donde todavía se puede estar tranquilo.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
1 comentario:
la fragilidad nos invita a tomar conciencia de lo unico cierto y seguro en nuestras vidas..la impermanencia. Ante ella lo único y sabio que nos queda es desear que todo lo que suceda sea para bien.
Publicar un comentario