Desierto en Invierno, Chihuahua |
¿Quién de nosotros no ha vivido
,alguna vez, la súbita presencia de un ser que nos ha cambiado la
existencia? No importa si fue otro niño
o niña en nuestra niñez o un viejo o una vieja en nuestra vejez… o en los puntos
intermedios de nuestro caminar, en alguna esquina, llano o recoveco de la vida.
Esas son las llamadas epifanías que
nos transforman en seres un poco más
sabios, hermosos, buenos, generosos . Hagamos una breve lista para honrar a
esos seres que dejaron su cálida huella en nuestra alma, nos despertaron una sonrisa,
nos compartieron un entusiasmo ardiente o despertaron a nuestro niño, a nuestro
explorador, a nuestro mago interior. Agradecido, recuerdo un fragmento de
Antonio Gala : Era invierno; llegaste y
fue verano.
Cuando llegue el verano verdadero… ¿Quién calentará el aire
más que
agosto y que julio?
...
Era invierno y llegaste; llegaste y fue verano.
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