jueves, 7 de noviembre de 2013

Rompehielos





El ejercicio de la autoridad, la necesidad de disciplina y hasta la aplicación de las sanciones de cualquier tipo no están peleadas con el buen humor. Una buena amiga me contó que se pasó un semáforo en luz roja y a lo pocos metros fue alcanzada por un policía quien se bajó de su motocicleta ,como quien llega a un día de campo, y le sonrío a la mujer. Ella tuvo la fantasía de que tal vez le perdonaría la falta. Pero no fue así. Con una sonrisa discreta  le dijo: “Si paga antes de 48 horas se le hará un descuento de 50 por ciento”. Y con la misma sonrisa le extendió la infracción y añadió un sonriente: “Que tenga una buena tarde”. Terminada la historia vino a mi mente una frase que escuché en una obra de teatro de Alejandro Casona  -en mis tiempos escolares: No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa. Me queda claro que la sonrisa es el más poderoso rompehielos.




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