Desde nuestra percepción humana todo lo grande nos parece insuperable o inalcanzable. Pensemos en la alta montaña, en cruzar nuestro desierto de oriente a poniente, en acercarnos cara a cara a un león. Pese a ello nuestros viejos abuelos del desierto nos han trnsmitido de boca en boca esta sabia observación:
Por muy resplandeciente que sea el sol, la más pequeña nube lo oculta a nuestros ojos. Lo que llamamos grande e inaccesible tiene su lado débil o su pata coja y llegado el momento podemos descubrirlo.
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