martes, 10 de junio de 2014

Mano lavada





GPH
Conocida es la tendencia humana a la autosuficiencia pero la vida nos enseña otros caminos. Un día  el aprendiz le dijo al jefe del taller:  ‘Yo puedo sólo, no necesito de nadie aquí’  -haciendo de menos a sus compañeros-  El jefe, un hombre que había trabajado de ambos lados de la frontera, en nuestro amado desierto, le dijo: Ve aquí   -le acercó agua y jabón-  Ahora, lava tu mano derecha. Cuando el muchacho intentó emplear su mano izquierda el jefe le dijo:  Ninguno de nosotros es autosuficiente, pues una mano lava a la otra  y la otra necesita de la una. Así con tus compañeros. Lección aprendida, anotada  e indeleble para ese muchachito que ahora pinta canas y tiene su propio taller.

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