Ni tu ni yo,nosotros
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GPH |
Desde nuestro amado desierto
chihuahuense me atrevo a escribir sobre el otro amado desierto donde viven y
mueren palestinos e israelitas. Sabemos que la palabra desierto evoca para
muchos infertilidad, más muerte que vida . El conflicto tiene un origen
histórico y bíblico, tiene un origen político en el otorgamiento de territorios
palestinos para Israel por decisión de la Naciones Unidas hace 66 años –donde
progresivamente se ha dado una pérdida sistemática de territorio para los
palestinos, quedando arrinconados en dos pequeños territorios llamados
Cisjordania y la Franja costera de Gaza. ¿Qué está en disputa? Las dos partes, árabe y judía reclaman derechos ancestrales sobre la
tierra, a la cual se considera sagrada por ambas partes y por una tercera que
es la minoría cristiana .Todos coinciden en que el desierto tiene una capital
sagrada que es Jerusalén. El pueblo palestino no se resigna al despojo de sus
tierras legitimado por Naciones Unidas. Son más de 60 años de lucha, sangre
derramada, que se resumen en un aspiración común: que germine la convivencia
pacífica. La fórmula esperanzadora que se me ocurre tendrá que ser: ni todo para ti, ni todo para mí, sino cuánto para los dos, para los
hijos de nuestros hijos. Sean las razones que se citen, el objetivo común
sólo puede ser uno: convivir pacíficamente
porque no somos dueños del mundo sino modestos administradores.
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