Costumbre antigua la de brindar por el nuevo año. Brindar y deseos van unidos como la piel al hueso. Deseos de salud, dinero y amor. Pero hay algo más. El año nuevo agudiza nuestra conciencia del tiempo ya vivido y del tiempo por venir. Inasible el primero, incierto el segundo. En medio del jolgorio del brindis hay un recordatorio: A vivir y morir hemos venido... agua que vuelve al agua, arena en la arena. Bienvenido el brindis y la alegría y bienvenida la responsabilidad de aprovechar el tiempo que nos quede -sea largo, sea breve-
-Inspirado por J.E. Pacheco, Caracol.
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