Lllamado o no llamado...
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C.G.Jung Küsnacht Haus |
El mundo oscila entre las muchedumbres que se regocijan en
la abundancia, la sensación de seguridad, confort, el disfrute de una vida
placentera “de clase mundial” como se subraya hoy para denotar exclusividad.
Las otras muchedumbres infinitamente más numerosas rodean al planeta producto
de la fuerza centrífuga que los expele a la orilla de la vida y del
camino.Migraciones,del sur al norte, viajes de zozobra en barcazas, cruces en
el desierto ardiente, marchas de la hambruna, marchas del exilio en Africa, Asia,
América Latina. Marchas y desfiles 'glamorosos' documentados por pulcras lentes fotográficas en un caso y lentes nubladas por la polvareda
en la mayor parte de los casos. En medio
de estos mundos está el Dios que es invocado en las necesidades y calamidades y
el Dios olvidado y no necesitado por quienes tienen el Dios a su medida llamado
Dinero o llamado Ciencia. Sabedor de esto, Erasmo de Rotterdam escribió sobre
estos vaivenes de la vida humana y un día Carl Gustav Jung , inspirado por Erasmo, tomó una pieza de
cantera -que instaló en el pórtico de su
casa en Küsnacht, Suiza -y pidió a un maestro cantero que grabara el texto en
latín que dice: Vocatus atque non vocatus
Deus aderit - “Se le llame o no se
le llame Dios está presente”- Notable recordatorio de lo incondicional del
amor. Es un eco de esa historia del hijo que se va de la casa y un día -mucho tiempo después- decide volver
y descubre que su padre nunca dejó de esperarlo.
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