martes, 20 de octubre de 2015

Una espiga en el desierto




Somos seres diseñados para la acción, para aprender un oficio, ejercer una profesión , trabajar manualmente o con el intelecto, en las artes y ciencias. Sucede que cuando la obra está terminada, prácticamente, acontece algún percance. Cuando emprendemos una obra hemos de contar con las posibles circunstancias adversas que puedan demorar, impedir y hasta anular nuestro empeño. Esta actitud es parte de nuestra natural habilidad de previsión que en estos días se llama la visualización de posibles ‘escenarios’ para los cuales es recomendable contar con  ‘planes emergentes’ que pueden denominarse A,B,C etcétera. Nuestros  queridos ancestros resumieron en una frase lo que a mi me lleva líneas: ‘Con la última espiga el dedo se cortó’

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