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martes, 20 de octubre de 2015

Una espiga en el desierto




Somos seres diseñados para la acción, para aprender un oficio, ejercer una profesión , trabajar manualmente o con el intelecto, en las artes y ciencias. Sucede que cuando la obra está terminada, prácticamente, acontece algún percance. Cuando emprendemos una obra hemos de contar con las posibles circunstancias adversas que puedan demorar, impedir y hasta anular nuestro empeño. Esta actitud es parte de nuestra natural habilidad de previsión que en estos días se llama la visualización de posibles ‘escenarios’ para los cuales es recomendable contar con  ‘planes emergentes’ que pueden denominarse A,B,C etcétera. Nuestros  queridos ancestros resumieron en una frase lo que a mi me lleva líneas: ‘Con la última espiga el dedo se cortó’

martes, 7 de julio de 2015

Inesperado

Nuestra vida oscila entre lo que esperamos y lo que llamamos inesperado. Cuando lo esperado llega sentimos una conformidad interior. Cuando lo inesperado nos visita  puede levantarse en nosotros grandes olas que nos conmocionan. Lo que se cae,lo que se rompe, lo que se agrieta,lo que se desvanece,lo que nos roban,lo que perdemos es algo del mundo inesperado. Sin embargo hay otros mundos llenos de paz, serenidad y alegría como la descripción de un anciano japonés en el invierno:

En el bosque, 
profundamente enterrada en la nieve,
-la noche pasada -
una rama de ciruelo 
abrió sus flores.

jueves, 16 de mayo de 2013

Derrepentes







Nuestras vidas están inscritas dentro del concepto y la experiencia de la velocidad y de la lentitud pero también de unas variantes como lo repentino, lo súbito,lo inesperado y lo que nos acaece de repente. Este mundo del de repente puede cambiar nuestra vida en cosa de un instante o escasos minutos. ¿No es acaso el encuentro insospechado, el cruce de miradas…el inicio de una historia que nos invitará a otros mundos y a otros reinos? Hay un micro texto de nuestro querido Juan Rulfo –Pedro Páramo- , que me trastorna como el viento juega con los árboles en nuestro desierto. Y de pronto puede tronar el cielo. Caer la lluvia. Puede venir la primavera. Allí te acostumbrarás a los `derrepentes'; mi hijo.  

jueves, 14 de abril de 2011

De golpes a golpes

Una señora llegó al aeropuerto de Rio de Janeiro y por un error en su documentación perdió el vuelo a Paris. El avión desapareció misteriosamente en medio del Atlántico y aún no se sabe qué sucedió. Salvó la vida. Cuentan una historia similar en la  triple catástrofe japonesa más grande de la historia donde se combinó un terremoto terrible, un tsunami imbatible y una fuga radioactiva que cobrará vidas humanas y no humanas  por largos años. De manera inimaginable todo un equipo deportivo, no pudo conectar y perdió su boleto. Salvaron la vida. Cuentan que el enojo, la incomodidad, el contratiempo, lo inesperado se disipó como un nubarrón que es llevado por el viento cuando se enteraron de que salvaron la vida. Concluyo compartiendo un pensar de un gran ser humano que nos ofrece una nueva visión sobre los viejos problemas humanos: No conseguir lo que quieres es a veces un maravilloso golpe de suerte.[1]



[1] Tenzing Gyatso o  el Dalai Lama.

viernes, 8 de abril de 2011

Besos, lágrimas

Nuestra vida oscila entre lo espontaáneo y lo programado. En el terreno de lo programado llegamos a decir cosas curiosas como he programado mi mente para hacer tal cosa, o tengo mi vida programada. Por lo contrario no solemos escuchar expresiones como: mi mente es espontánea y estoy abierto a la sorpresa a lo inesperado. Estos rasgos humanos están emparentados con dos características de  nuestra especie: oscilamos entre un vivir flexible y un vivir rígido o cuadriculado. En el campo de los sentimientos y de las emociones me encanta esta expresión: Los besos son como las lágrimas…los de verdad no se pueden detener.[1]


[1] Leído al vuelo en Twitter