En nuestra cultura moderna de culto a la velocidad, parece que los humanos no hacemos casi nada de comienzo a final.La mitad de nosotros ve el televisor y la otra mitad esta pendiente de la computadora; conducimos el auto mientras hablamos por el teléfono y es rara la ocasión en que tenemos una conversación plena; cuando nos sentamos a comer estamos leyendo el periódico y miramos al televisor y cuando vemos el televisor cambiamos los canales una y otra vez. Este tipo de velocidad le da a nuestra vida un sentimiento de superficialidad: no experimentamos casi nada plena y totalmente. Tenemos la fantasía de hacer todas estas cosas para vivir plenamente pero nos quedamos vacíos con la sensación de una velocidad sin sentido que no lleva a ninguna parte. Estas son algunas apreciaciones de mi amigo Sakyong Mipham quien me encontró en un cafe y me preguntó: ¿Que haces ? Le respondí: Disfruto por un rato que el tiempo fluye lentamente, que puedo beber a sorbos una tacita de cafe de principio a fin y esto es maravilloso...en su sencillez.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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miércoles, 29 de julio de 2015
jueves, 8 de enero de 2015
Al paso y al tiempo
Los humanos tenemos un “algo” con la velocidad y no
con la lentitud. La tierra viaja a 28 mil kilómetros por hora alrededor del sol
y la luz a 300 mil kilómetros por segundo y nuestra humana obsesión es que todos
nuestros artefactos sean rápidos y ultra rápidos. La rapidez es un título de
nobleza en nuestro mundo que se desvive por ser hiper moderno. Pero la llamada
lentitud ,que no es sino otra forma de velocidad, no tiene adeptos y le sobran
críticos. En el mundo de nuestros hermanos menores veo a la tortuga y al
caracol y si no fuera por su inexpugnable fortaleza erigida con gran paciencia
y perseverancia, es decir, lentamente, no voltearíamos a verles. Pero insisto
en que, esa obra maravillosa de fortaleza no se hizo en un día sino en la
oscuridad de la paciencia del paso a paso y al tiempo. Tortuga y caracol hacen
voto de silencio y este dato exaspera a los amantes de la velocidad. Para un
comienzo de año más vale paso que dure y no trote que case -dicen los rancheros del desierto- y vuelvo
la mirada a estos seres amigos que le dan a cada día lo suyo y el tiempo es su
aliado y no su competidor, rival o enemigo. Casi no hay un ser humano que no
muestre admiración ante ese prodigio de arquitectura ,la espiral del caracol
que partiendo de la tierra o del fondo marino aspira al cielo.
sábado, 29 de noviembre de 2014
Intensidad
"El amor es intensidad y por eso distensiona el tiempo alarga los minutos y los convierte en siglos" decía Octavio Paz, por eso creo que la mayor parte del tiempo no vivimos en el amor,no sentimos el amor, pues lo que más escucho es que los días son segundos y un año se pasa como si fuera un día.El amor necesita de lentitud y la lentitud habita en el amor.
jueves, 16 de mayo de 2013
Derrepentes
Nuestras vidas están inscritas dentro del concepto y la experiencia de la velocidad y de la lentitud pero también de unas variantes como lo repentino, lo súbito,lo inesperado y lo
que nos acaece de repente. Este mundo del de repente puede cambiar nuestra vida en
cosa de un instante o escasos minutos. ¿No es acaso el encuentro insospechado,
el cruce de miradas…el inicio de una historia que nos invitará a otros mundos y
a otros reinos? Hay un micro texto de nuestro querido Juan Rulfo –Pedro Páramo-
, que me trastorna como el viento juega con los árboles en nuestro desierto. Y de pronto puede tronar el cielo. Caer la
lluvia. Puede venir la primavera. Allí te acostumbrarás a los `derrepentes'; mi
hijo.
martes, 23 de abril de 2013
Tiempo
En este nuevo siglo la velocidad esta
entronizada y tomarse el tiempo, respirar hondamente, hablar pausadamente,
actuar meditadamente… son las hijas desheredadas de esta reina. El amor no es
la excepción. Hoy se cultiva en las macetas de la vida, en las pantallas
luminosas una suerte de amor exprés o fast
love. Hemos olvidado que el amor es
una largo proceso como el sembrar un sarmiento y que el sol, la tierra, la lluvia,
la mano y el viento trabajen. La prisa es un caballo desbocado y ante ese
descontrol está el recordatorio de O.K.Bernhardt :No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca,
sino con los ojos. Y ante esta afirmación preguntó la
muchachita impacientemente :¿cuánto tiempo hay que esperar entre lo uno y lo otro?
jueves, 21 de febrero de 2013
Al paso humano
La vida inhumana en las ciudades de
nuestro siglo se caracteriza por un conjunto de frases relacionadas con la
vivencia del tiempo –siempre escaso y atomizado en partículas ansiosas- y con
la vivencia del espacio –viviendas casi inhabitables, estrechas, amontonadas, irrespirables
y grandes distancias para ser recorridas con el propósito de trabajar para
obtener el sustento- Este paisaje de tiempo y espacio lo
relaciono con la lectura que he dejado reposando en mi mesa. Elogio de la lentitud de mi buen Bernard
Honoré. Si pudiera resumir su gran obra diría algo así como: Vivir la vida, la
vida verdadera es como bajarse del automóvil y abrazar la vida lenta. Aprender
a caminar con pasos humanos donde a un paso le sigue una respiración y no el
espectáculo que producimos cada día, cada hora: Vida a trompicones, carreras, sudores,
saltos, comidas de pie, comidas rápidas, ¿comidas?. Bueno, pues si de vivir se
trata, he volver a recuperar mi paso humano, la respiración humana, el latido
de mi mente y de mi corazón humano. Sólo así, podré-ser-contigo, solo así podremos
encontrarnos y vernos contempladamente de cara
a cara y entonces …viviremos.
lunes, 18 de febrero de 2013
Lo bello
El abrirse de una flor es imperceptible a
los ojos humanos que son demasiado rápidos para su lentitud o la calmada
aparición del nuevo día. De manera similar sucede con las amistades y los
amores en este mundo. Los niños dan una muestra, pues de manera muy sencilla van a la escuela y vuelven
con algunas tareas y además ya con alguna
amistad en semilla. Así, entran en
nosotros todos nuestros amores -que incluyen a personas, cosas, animales de
aire mar y tierra, ideas e ideales de todo tipo. Un día esos seres han tomado
la plaza. Reinan en nosotros…y nosotros en ellos. En el limeño y cusqueño Café de
la Paz me regalaron un delgado marcador de lectura al final de la comida y cada una de las
palabras no tiene desperdicio: Las cosas
bellas se adueñan de nosotros y nosotros con tal blandura entramos en su
paraíso que casi no advertimos su presencia.[1] . Lo bello se equipara con la vivencia del paraíso, los espacios abiertos, gloriosos,
el cielo
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