La nave. Una nave, Cualquier nave. Invento
humano para cruzar de una orilla a otra. Invento para desplazarse de un puerto
a otro. Medio, mediación formidable. Lo que no comprenderemos es una nave que
no suelte amarras, ni una nave que no tenga ruta y destino. Las naves son naves
en cuanto navegan si no lo hacen son depósitos. Impensable una nave sin un capitán
que la conduzca a buen puerto. Naves en paz y naves en guerra, naves de
comercio y naves de holganza. Naves para huir de la muerte y llegar a la tierra
prometida. La nave, metáfora potente de la vida humana en la que todos nos
subimos e iniciamos puntualmente el viaje sin retorno. Tiempo de embarcar,
tiempo de desembarcar. Hubo un sencillo muchacho oriundo de Veracruz, México. Llegó
a la Cd de México y la hizo suya. Se descubrió como profesor de escuela, lector,
escritor y comprometido luchador social. Conoció la prisión y en ella a su
maestro José Revueltas. Hombre todo fuego y de gran corazón. Cansado de navegar
se detuvo. En el Diario La Jornada apareció la esquela que en su minimalismo
amoroso, resume su vida, nuestra vida , a la nave: “Martín Dozal Jottar. Dejó la nave para
siempre. 23 de Diciembre de 2015” . Navegantes somos.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
miércoles, 6 de enero de 2016
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