martes, 2 de febrero de 2016

Reflejos




Desde el tiempo del maestro Sócrates
los humanos estamos empeñados en conocernos más y mejor
Métodos para conocerse los hay, abundan.
¿Resultados? Se conocen por las obras.
 Un ideal es decir y decirnos: te conozco como a la palma de mi mano.
Pero, como dijo, el abuelo:
El espejo me conoce mejor que nadie
Refleja lo que le pongo enfrente
No me miente
No me adula
No me dulcifica
Ni distorsiona la realidad.
A veces nos encanta y a veces tememos a quien es
con nosotros…como el espejo.


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