En nuestro amado desierto ponemos una
marca indeleble en nuestro calendario cuando llega la primera tímida lluvia.
Este año no ha sido la excepción. Pese al estado natural de sequía nos visita
un nublado que crece en el horizonte, luego se hace presente el viento y la tolvanera y por fin descarga una nube negra que empapa momentáneamente
nuestra esperanza, y nos ablanda como el cartón remojado. Nuestro querido
Efraín Huerta meditando sobre las sequías en el amor dijo: El amor viene lento como la tierra negra,
como luz de
doncella, como el aire del trigo.
Se parece a la lluvia lavando viejos
árboles,
resucitando pájaros. Es blanquísimo y limpio,
larguísimo y sereno:
veinte sonrisas claras,
un chorro de granizo o fría seda educada.
La lluvia y el amor vienen lentos y lavan amorosamente
a los viejos árboles.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
Mostrando entradas con la etiqueta Luvia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Luvia. Mostrar todas las entradas
domingo, 28 de abril de 2013
domingo, 26 de septiembre de 2010
Tiempo de lluvia
El tiempo de lluvia o de aguas llama en el horizonte del desierto.
Los niños encuentran en la lluvia a una canción y a un cuento.
Para los adolescentes la lluvia les hace descubrir que también en el alma llueve
Para los hombres y mujeres curtidos por el sol de esta tierra la lluvia cae vertical,
La lluvia golpea el piso, la lluvia impacta los cristales, porque la mirada sensible
tornada en tristeza, se está nublando entre nosotros.
En las noches, cuando las sirenas ,de patrulleros y ambulancias, ululan y muere la gente, la lluvia sólo cae en vertical
es sólo un ruido y los oídos ya no escuchan la dulzura de su voz.
En los llanos llovidos florecen los charcos que antes fueron pequeños océanos donde los niños brincaban,
Hoy son fuentes de agua turbia que nadie mira y donde nadie bebe.
- Verano boreal de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)