Este desierto nuestro desde tiempos sin memoria ha visto pasar a hombres y mujeres caminando hacia el norte siempre. Decimos que son los migrantes. Cuando llegan al norte son vistos como extraños. Pasan los días, vienen los calores, llegan los fríos y a veces el sueño de origen se esfuma y en otras prospera. Hubo una mujer que migró con la angustia en la boca y la prisa alada en los pies.Las costas lejanas la recibieron. Una tarde invernal escribió: Un extraño lleva siempre, su patria bajo el brazo, como una huérfana, para la que él quizá nada, nada busca sino una tumba.
--Inspirado por Nelly Sachs
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