Viajar por el desierto, desde tiempo inmemorial, ha sido una aventura compartida por varios jinetes o una fila de carretas y otras veces andando largas distancias a pie. El extremo del calor y del frío debilitan las fuerzas y la vida está colgada de un hilo. ¿De dónde llega el auxilio? Esta escena en nuestras soledades me ha llevado de la mano a recordar a un pequeño amigo llamado chidori ¿Quién es chidori? Es el nombre de un pajarito con escasos 17 centímetros que vive en las playas japonesas, con la peculiaridad de una cabeza grande, patitas chuecas y al que familiarmente se le denomina como el que anda borrachito,tambaléandose. Sucede que este pajarito vuela también con su bandada de mil pájaros –pues chidori significa tanto uno, como mil- El chidori, agotado por el viaje, se va quedando rezagado, pierde altura y sus horas están contadas. Cuando todo parece perdido, llega una ráfaga salvífica de viento y lo toma en sus brazos para no dejar que se pierda su vida. Este descanso en alas del viento le permite reunirse con su bandada. Cada mañana levanto la mirada, sigo el paso de los pájaros en nuestro desierto, me detengo largamente , envío mi aliento a los más pequeñitos, a los viejitos y rezagados para que el viento les sea favorable en su navegación y lleguen a buen puerto. Una querida mujer japonesa, Chiyo-jo, escribió:
De la bandada de los chidori
uno va perdiendo fuerzas
y el viento lo recoge
2 comentarios:
Hermoso tema has tomado.
Muy interesante saber sobre vida y costumbres de èsos pequeños amigos alados y disfrutar de la sabidurìa de los filòsofos japoneses. Muchas Gracias.
Estimado Guillermo que los vientos del sentido de nuestras vidas siempre sople en nuestras alas y cuando no, ser lo suficientemente paciente para esperar la ráfaga salvadora. Saludos desde Uruguay
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